El proyecto Aurora es una presentación a modo de taller vivencial en el aula, de poesía, fagot, canto y cuencos tibetanos. Modalidad trimestral, dentro del horario de clases, con una duración por jornada de 20 minutos, donde se declaman poemas universales con temática asociada al mundo de los niños y que todos, en la infancia, conocimos.
Los poemas son acompañados por sinfonías incidentales en fagot y alegres canciones interpretadas en guitarra, algunas especialmente compuestas para la ocasión.
La intervención inicial de los cuencos tibetanos tiene como objetivo generar un espacio de relajación y conexión en los niños, los invita a entrar en un estado íntimo para luego viajar hacia el mundo poético y musical.
Dentro de los poemas incorporados en la presentación se encuentran Margarita de Bayle, de Rubén Darío; el Sapito glo, glo, glo, José Sebastián Talló; Cultivo una rosa blanca, José Martí; Mi flor de Loto, María Alicia Pino; y poemas musicalizados clásicos como Dame la mano, Gabriela Mistral y Cuento, José Agustín Goytisolo.
El objetivo general de la intervención en colegios es construir un espacio artístico-lúdico, amigable e integrado, para el estímulo, desarrollo y expresión de los talentos y habilidades naturales en niños con necesidades especiales. Allí ellos podrán vivenciar, conocer y amar la poesía y la música, y verse favorecidos con los beneficios de este lenguaje poético musical.
Dentro de los objetivos específicos está:
- Ofrecer a los cuidadores (padres, profesores, terapeutas y familia en general) una herramienta de aprendizaje complementario para el desarrollo dela creatividad de los niños con habilidades especiales.
- Generar nuevos espacios para el aprendizaje y la creación.
- Promover en los niños el contacto y conocimiento de la poesía y su natural poder sanador.
La experiencia se ha desarrollado en un primero básico de la Escuela Municipal Aurora de Chile de la Comuna de Ñuñoa, donde el informe entregado por las encargadas docentes ha dado cuenta de:
"Desde la primera sesión observamos gran interés en los alumnos, logran mantener una concentración y atención adecuadas para el desarrollo de la actividad. Responden corporalmente a los poemas en espacios personales y grupales. Reconocen a los adultos que participan en las sesiones, manifestando alegría y ansiedad a participar con ellas. Luego de la actividad los alumnos mantienen por todo el bloque pedagógico una calma y una disposición a seguir con lo programado dentro del curriculo escolar que se diferencia a otras jornadas durante la semana, lo que evalúo como muy positivo como apoyo a la labor docente".
(María Alejandra Esper Ventura, Educadora diferencial, registro n° 11072)
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